Un manual de la Comunidad de Madrid llama a la «defensa» del Estado de Israel.
Una guía destinada a profesores y maestros de la Comunidad de Madrid sostiene que «el antisionismo es la forma que la judeofobia adopta en la actualidad».
Con motivo de la Conmemoración de las Víctimas del Holocausto, la Comunidad de Madrid ha dado a conocer su Guía Didáctica de la Shoa, promovida por la Consejería de Educación. El objetivo declarado es promover el estudio del genocidio judío durante la II Guerra Mundial en la educación primaria y secundaria.
La publicación, dirigida a maestros y profesores, fue presentada el 23 de enero en la Asamblea de Madrid con la asistencia del embajador de Israel en España, Alon Bar, que calificó la iniciativa del gobierno madrileño de “pionera” y llamó a seguir el ejemplo de la Consejería madrileña.
Para el presidente de la Comunidad, Ignacio González, el objetivo principal es que los estudiantes «aprendan que hubo un tiempo en que la humanidad se degradó hasta límites irracionales, que sepan que el Holocausto no se produjo en una cultura primitiva sino en una sociedad avanzada como la nuestra».
«El antisionismo odia a Israel por ser el país judío y busca, después, argumentos para la justificación de su odio”, dice la Guía
Las primeras quejas por el contenido del texto no han tardado en llegar por parte de profesores de instituto. Algunos de ellos han contactado con Diagonal para señalar el marcado carácter “pro israelí” y “sionista” del texto. Un texto en el que apenas se habla del conflicto palestino-israelí o de las teorías, incluso de investigadores israelíes, que califican a Israel de Estado colonial. “En 2014, Israel ha tomado la decisión de que prefiere ser un Estado racista de Apartheid y no una democracia”, decía recientemente el historiador israelí Ilan Pappé.
En el epílogo de la Guía se concentran las afirmaciones más valorativas sobre la actual situación en Oriente Medio, entre ellas una disquisición sobre “la necesidad del Estado de Israel”.
“La existencia del Estado de Israel es una necesidad no ya para los judíos del mundo, sino para los ciudadanos de Oriente que padecen tiranías teocráticas y para las democracias occidentales, asediadas por el fanatismo fundamentalista ante la cual Israel ofrece una resistencia insólita”.
Una necesidad que lleva necesariamente, según la lógica de la Consejería de Educación a la “defensa” de Israel.
“La defensa de la existencia del Estado de Israel (…) es hoy un acto racional de elemental autodefensa sin el cual las conquistas políticas de las que disfrutan las sociedades avanzadas están en peligro de elección”
La Guía no duda en tomar partido ante cuestiones más que polémicas, como es el caso del carácter confesional o aconfesional del Estado de Israel. “Israel no es ni puede ser un Estado religioso (judaico) o teocrático”, afirma el texto sin citar fuente alguna en la que se sustenta esta afirmación.
Aunque donde esta Guía Didáctica despliega las afirmaciones más sorprendentes es en el apartado “¿Qué es el antisionismo?”.
“El antisionismo es la forma que la judeofobia adopta en la actualidad (…) Igual que el judeófobo odia al judío por serlo y busca, después, argumentos para la justificación de su odio, el antisionismo odia a Israel por ser el país judío y busca, después, argumentos para la justificación de su odio”.
Como causa del antisionismo no se menciona Sabra y Shatila, los casi cinco millones de refugiados palestinos, los 700 km de muro, los checkpoint, los miles de palestinos presos, los millones de árabes que viven en Israel sin gozar de los mismos derechos que los ciudadanos israelíes, los bombardeos sobre la población civil o el mismo concepto de Nakba (el desastre), palabra con la que los palestinos denominan el éxodo forzado iniciado en 1948 de más de 700.000 personas que habitaban la región, obligados a abandonar sus hogares ante la presión del ejército y grupos paramilitares israelíes.
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