The Electronic Intifada

 

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

Los promotores de la conferencia de donantes organizada en El Cairo el domingo 12 de octubre a fin de recaudar fondos para la reconstrucción de Gaza, que ha quedado terriblemente devastada tras la última guerra de Israel, han alardeado de las promesas hechas por diversos gobiernos occidentales y árabes de aportar 5.400 millones de dólares.

Pero el verdadero beneficiario de esa ayuda monetaria es Israel. La autoproclamada comunidad internacional va a pagar de nuevo, una vez más, la factura de la reconstrucción mientras sigue dotando de armamento a Israel y asegurándole una impunidad que no hace sino recompensar su brutal masacre sobre Gaza, garantizando en esencia su repetición.

“Esta es la tercera vez en menos de seis años que, junto con el pueblo de Gaza, nos hemos visto obligados a hacer frente a un esfuerzo de reconstrucción”, afirmaba en la conferencia John Kerry, el exasperado Secretario de Estado estadounidense, aunque el baño de sangre no podía ser sino inevitable teniendo en cuenta todo el armamento que EEUU prodiga a Israel, además de ayuda monetaria y cobertura diplomática desde los ataques a gran escala del invierno de 2008-2009 y de noviembre de 2012.

Las partes involucradas en la conferencia de donantes están haciendo pocos esfuerzos para simular que la prioridad son los supervivientes en Gaza, donde un uno por mil de los casi 1,8 millones de palestinos que allí viven, la mayoría de ellos refugiados, ha muerto asesinado.

La Autoridad Palestina , que tiene su sede en la Cisjordania ocupada, en la ciudad de Ramala, ha anunciado ya que ni siquiera la mitad de la mitad de lo prometido en la conferencia del pasado 12 de octubre va a llegar a Gaza.

Las promesas para Gaza se desvían a Ramala

Así es, esos fondos se desviarán hacia el presupuesto de la Autoridad Palestina para propósitos no especificados.

Aunque la AP no dijo cómo iba a gastar el dinero recaudado en la conferencia para la reconstrucción de Gaza que va a destinar a sí misma, “el sector de la seguridad ha crecido más de prisa que cualquier otro aspecto de la Autoridad Palestina” en la última década, como señalaron Sabrien Amrov y Alaa Tartir en un reciente informe político publicado por el think tank palestino Al-Shabaka.

El pasado año, el 26% del presupuesto de la AP se gastó en seguridad (comparado con sólo el 16% en educación, el 9% en sanidad y un minúsculo 1% en agricultura, que es históricamente la columna vertebral de la economía palestina). El 44% de los funcionarios de la AP están empleados en el sector de la seguridad, muchos más que en cualquier otro, indican Amrov y Tartir.

La Autoridad Palestina , que ya ha bloqueado los esfuerzos iniciados para llevar los crímenes de guerra israelíes de este verano ante la Corte Penal Internacional, está dirigida por Mahmud Abbas, quien recientemente tildó de “sagrada” la colaboración con las fuerzas israelíes de ocupación en Cisjordania.

La AP aprovecha la ocasión

En lo que va de año, más de 40 palestinos han sido asesinados por las fuerzas israelíes en la ocupada Cisjordania; en el mismo período de 2013, murieron 14. “La coordinación en materia de seguridad” no tiene nada que ver, obviamente, con asegurar la preservación de vidas palestinas.

Como señalaban Amrov y Tartir, “la resistencia armada, que una vez fue considerada como parte inseparable de la lucha palestina por la autodeterminación, está siendo abordada por la AP como una forma de disidencia que no sólo necesita de intervención policial, también es preciso criminalizarla y erradicarla”.

El paradigma actual de la coordinación en seguridad, afirman Amrov y Tartir, tiene por objeto “criminalizar la resistencia contra la ocupación y dejar a Israel –y a sus compinches de confianza- en posesión exclusiva del uso de las armas contra una población indefensa”.

Como sea la Autoridad Palestina, que sirve de brazo policial de las posiciones mismas de la ocupación israelí, la que se ocupe de la reconstrucción de Gaza, esta situación va seguramente a utilizarse para desmantelar a la resistencia armada (que defendió Gaza y demostró mucha mayor disciplina y capacidad táctica que durante cualquier confrontación anterior con Israel).

Aunque la AP ha competido por ese papel para marginar al liderazgo de Hamas en Gaza, cualquier intento de reconstrucción va a estar sometido a la autoridad última de Israel.

(Es necesario señalar que la Organización para la Liberación de Palestina dijo a la agencia de noticias Ma’an el domingo que no se había fijado aún fecha alguna para el comienzo de los proyectos de reconstrucción en Gaza.)

Recordando a los observadores quién está al frente de todo: Israel negó inicialmente a los ministros de la AP en Cisjordania, incluido el Primer Ministro Rami Hamdallah, los permisos para visitar Gaza, que sigue cerrada y bajo el asedio económico impuesto por Israel, auspiciado todo ello por el anfitrión de la conferencia de donantes: Egipto.

“Más de 50 años para la reconstrucción”

Oxfam, una de las agencias de la ayuda internacional, advirtió la pasada semana que el dinero prometido en la conferencia global de donantes “languidecerá en las cuentas bancarias durante décadas antes de que le llegue a la gente, a menos que Israel levante las restricciones que desde hace tanto tiempo impone a las exportaciones”.

Como la importación de materiales básicos de construcción hacia Gaza está prohibida desde 2007, con escasas excepciones, y como se han destruido la mayoría de los túneles de suministros bajo la frontera con Egipto, los palestinos no tienen posibilidades de reconstruir nada.

Oxfam añadió que “bajo las actuales restricciones y tasa de importaciones permitidas, llevará más de 50 años construir 89.000 nuevos hogares, 226 nuevos colegios, así como instalaciones sanitarias, fábricas e infraestructura hídrica y de saneamiento que tanto necesitan la población de Gaza”.

No importa cuánto dinero recauden los donantes internacionales para la reconstrucción, Israel es quien determina lo que entra y lo que sale de Gaza.

Los camiones con materiales de reconstrucción que entraron en Gaza el pasado mes iban “destinados a proyectos aprobados con anterioridad por las autoridades israelíes y eran las organizaciones internacionales presentes en Gaza las que tenían que ponerlos en marcha”, señala la Agencia de las Naciones Unidas para la Coordinación de los Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés) en un reciente informe de supervisión.

La asfixia total por Israel de la economía de Gaza se aplica también a las exportaciones, el pasado mes sólo permitieron que dos camiones salieran por los cruces comerciales que controlan los israelíes, los primeros camiones con exportaciones desde el mes de junio.

Responsabilidad o complicidad

El Comité Nacional Palestino para el Boicot, Desinversión y Sanciones (CNPBDS) condena el fracaso que representa el hecho de no haber impuesto presiones significativas sobre Israel para que ponga fin a un asedio que ha destruido la economía de Gaza mucho antes de la destrucción perpetrada este verano en la Franja, durante la cual 419 empresas y talleres resultaron dañados y 128 completamente destruidos.

“Las promesas de dinero de los donantes no sustituyen la obligación de que Israel rinda cuentas por sus graves violaciones del derecho internacional, incluyendo crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad, a fin de obtener justicia para las víctimas palestinas”, afirmó el domingo el Comité mencionado.

“El bloqueo israelí y los repetidos ataques de su ejército contra la ocupada Franja de Gaza son parte esencial de los sistemáticos esfuerzos israelíes para separar de forma permanente la diminuta Franja de Gaza de Cisjordania, ‘deshaciéndose así’ de su gran población palestina, la mayoría refugiados de la Nakba de 1948, dejando sin resolver sus derechos y reclamaciones en Israel”, añade el comunicado.

El CNPBDS critica a las agencias internacionales, incluyendo a las Naciones Unidas y al Comité Internacional de la Cruz Roja por actuar “dentro de los parámetros de la política de Israel de aislamiento y castigo colectivo”.

Si no se adopta tampoco un embargo militar amplio y vinculante sobre Israel, los estados donantes, las agencias internacionales y las ONG son cómplices de una política ilegal e injusta de castigos colectivos, deja claro el CNPBDS. No existen mecanismos en estos momentos que obliguen a Israel a rendir cuentas ante el pueblo palestino.

Abandonando Gaza

Teniendo en cuenta todas estas realidades, es trágico aunque no sorprendente que los jóvenes palestinos de Gaza, que se enfrentan a porcentajes de desempleo superiores al 60%, hayan perdido la esperanza y estén poniendo sus vidas en manos de traficantes en un intento por llegar a Europa, por tener un futuro.

“Esto no ha sucedido nunca antes… Incluso en los peores tiempos, la gente no pensó nunca en abandonar la Franja de Gaza”, le dijo Sara Roy, que lleva tres décadas estudiando la economía de Gaza, a Bettina Marx en una entrevista para el Deutsche Welle.

“La clase media ha sido mayoritariamente aniquilada”, dijo Roy.

Incluso el deliberado hundimiento de un barco que llevaba alrededor de 500 pasajeros –muchos de ellos palestinos de Gaza, temiéndose que se ahogaron la mayoría- frente a las costas de Malta el pasado mes, no ha detenido la emigración masiva de la Franja a través de los túneles clandestinos.

En agosto de 2012, las Naciones Unidas publicaron un informe en el que se estudiaba si Gaza sería un lugar donde podría se podría habitar en el año 2020. Pero la insoportable realidad de Gaza está ya presente.

 

Maureen Clare Murphy es editora-jefe de The Electronic Intifada.

Fuente: http://electronicintifada.net/blogs/maureen-clare-murphy/who-benefits-billions-pledged-gaza-reconstruction