Se ha celebrado en Pamplona/Iruñea, los días 3 y 4 de septiembre de 2014, el Curso Palestina/Israel: buscando caminos para una paz con justicia. Durante las jornadas han participado distintos expertos que han analizado algunas de las claves del conflicto palestino-israelí. De las ponencias ofrecidas, destacamos los siguientes aspectos: 

– Los dos actores principales del conflicto son el movimiento sionista y el movimiento nacional palestino.

– El proyecto sionista surge en la época del colonialismo europeo, y utiliza los mecanismos propios de las conquistas coloniales.

– En las sucesivas negociaciones ha habido tal desequilibrio entre las partes negociadoras que el proceso de paz ha fracasado sistemáticamente.

– El fracaso del proceso de paz llevó a la Autoridad Palestina a solicitar un nuevo estatuto en la ONU.

– La situación del colectivo de presos palestinos en cárceles israelíes es crítica. Israel vulnera los derechos fundamentales de la población palestina en todo el proceso de arrestos, detenciones, interrogatorios, juicios, y encarcelamientos. Los presos palestinos están bajo la jurisdicción de los tribunales militares israelíes. Sus derechos penitenciarios son inexistentes, independientemente del delito cometido.

– Israel utiliza el encarcelamiento de la población palestina como una herramienta de presión hacia el Gobierno y las facciones políticas palestinas.

– La práctica de las detenciones administrativas, heredada el Mandato Británico, permite al Ejército de Ocupación a mantener bajo detención, renovable e ilimitada, a cualquier persona que suponga un peligro para la seguridad nacional. En estos casos, los abogados no conocen los cargos de los que se acusan a los detenidos, lo cual imposibilita ejercer una buena defensa. A día de hoy, hay más de 500 personas bajo este régimen.

– Hablar de la disyuntiva entre dos Estados o un único Estado binacional es hablar de una cuestión que vendrá una vez que se solucione el conflicto. En vez de debatir acerca de la que hipotéticamente será una solución, es mejor hablar de lo que se debe hacer para poner las bases para llegar a una solución.

– No se puede hablar de guerra, como no se puede hablar de proceso de paz, porque hay un desequilibrio patente en fuerza militar, y porque Israel nunca ha tenido la verdadera intención de llegar a ningún acuerdo con los palestinos, que nunca han tenido nada que ofrecer.

– La razón de esta última masacre, no ha sido Gaza (que ha sido el objetivo) ni Hamas, ha sido Mahmud Abbas, para desacreditarle como negociador y hacer caer su popularidad entre los palestinos de Gaza. Con esto se vuelve a ganar tiempo para seguir con la estrategia de expansión territorial en Cisjordania y Jerusalén Este.

– El ex-primer ministro Ariel Sharon dijo en 2003 que no veía la paz en los próximos 50 años, y que Israel no tiene fronteras y no necesita fijar ninguna frontera. Sus fronteras son las que van confeccionando día a día en el suelo, plantando árboles, estableciendo colonias, o construyendo infraestructuras. Y esta ha sido y sigue siendo la estrategia de todos los gobiernos israelíes.

– Con la excusa del proceso de paz, Israel consigue neutralizar toda la posible oposición internacional que su verdadero objetivo de colonizar prácticamente todo el territorio palestino podría despertar.

– Dentro del Estado de Israel viven actualmente cerca de 1.350.000 palestinos que, de alguna manera, consiguieron resistir a la limpieza étnica llevada a cabo por el sionismo entre los años 1947-1949. Dicha población palestina es una dimensión importante del conflicto.
La situación de los palestinos con ciudadanía israelí ha quedado durante mucho tiempo oculta, pero en los últimos años ha ido ganando en visibilidad tanto interna como internacionalmente.
A esta población autóctona se le atribuye la “ciudadanía” israelí, no la nacionalidad. Los palestinos no forman parte del proyecto de la nación de Israel, ya que dicha nación pretende ser exclusivamente judía. De eta forma, se convierten en una minoría, en extranjeros dentro de su país. Tienen reconocidos algunos derechos civiles, sociales, económicos, y culturales, pero no tienen la plenitud de los derechos. A las poblaciones palestina y judía se les asignan derechos de manera diferenciada, con lo que se constata una discriminación institucional, acorde a la definición aceptada como Apartheid.
Israel tiende a exagerar la cifra de esa minoría palestina para precisamente presentarlos como un peligro.
Pequeñas poblaciones palestinas dispersas fueron forzadas a concentrarse y, por eso, existen tres zonas de concentración, fáciles de controlar. Las poblaciones palestinas que viven dentro de Israel poseen los peores indicadores socio-económicos del país.

– El Estado de Israel funciona como un Estado con 3 legislaciones distintas: 1) Legislación para los judíos, 2) Legislación para los palestinos que viven dentro de Israel, 3) Legislación sin derecho alguno para los habitantes de los territorios ocupados militarmente en los que Israel se ha ido expandiendo después de 1967.

– En cuanto a la educación, todo el sistema está configurado por el gobierno israelí, sin que exista representación en la toma de decisiones de la población palestina con ciudadanía israelí. El diseño del currículo para las escuelas palestinas, no prepara a los jóvenes para la universidad, sino para realizar trabajos de baja cualificación (mano de obra barata).
En la universidad, se da una política de apartheid. En las universidades de Cisjordania y Gaza, se deja sentir de forma muy acentuada la falta de libertad de movimiento interno de los palestinos (muro, puestos de control, controles de acceso). También los profesores y alumnos no tienen movilidad externa-internacional, y los visitantes extranjeros se encuentran continuamente con denegaciones de entrada. Las universidades palestinas no pueden contratar a quien deseen: toda contratación pasa por el control israelí.
En las universidades israelíes, los alumnos no judíos no tienen acceso a las ayudas del Estado (becas, residencia de estudiantes), ni a determinadas carreras. Debido a este hecho y a la discriminación previa, los alumnos palestinos son muy minoritarios en todas las Facultades.

– La Campaña de Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS), lanzada en el año 2005 por cientos de organizaciones civiles, políticas y sindicales palestinas, es a día de hoy la mayor herramienta de solidaridad con la causa palestina. Dicha campaña nace con el fin de forzar a Israel a cumplir con la legalidad internacional, buscando 3 objetivos: el fin de la ocupación de los territorios ocupados en 1967: Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este; el reconocimiento del derecho al retorno de la población refugiada; y la igualdad de derechos en Israel para la población judía y la no judía.
El Boicot es un instrumento proactivo, válido, y pacífico que causa grandes preocupaciones al Estado de Israel.

– La población palestina de Cisjordania, Gaza, y Jerusalén Este, como Territorios Ocupados, y en base al Derecho Internacional, tienen derecho a la Resistencia.

Pamplona-Iruñea, a 4 de septiembre de 2014

 

 

Una foto de Sodepaz Euskal Herria.

 

Una foto de Sodepaz Euskal Herria.

 

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