AFP/Gara
Los habitantes de la localidad palestina de Azarieh, en medio del último proyecto de ampliación de colonias judías, se muestran apesadumbrados. Su ira -quedarán aislados del mundo- contrasta con la determinación de los colonos de Maale Adumim, que reivindican la necesidad de conectarse con Jerusalén, aunque sea a costa de partir en dos Cisjordania.
Nabi agita su cigarrillo para dar fuerza a su argumento. «Este proyecto va a matar toda esperanza en un Estado palestino». En Azarieh, el anunció de la construcción de 300 viviendas en la colonia judía adyacente de Maale Adumin ha caido como una condena a muerte.
Extrarradio de Jerusalén Oriental colgado sobre una colina, Azarieh apenas se ve. Sobre la carretera principal, las basuras están a la intemperie y los perros callejeros olisquean al visitante, los talles mecánicos disputan el terreno a las tiendas de muebles a precios tirados.
Azarieh, que debe su nombre a Lázaro, personaje cuya resurreción por Jesús relata el Nuevo Testamento en este enclave, acaba abruptamente en Israel: la entrada a la colonia de Maale Adumim, 36.000 habitantes. Con su centro comercial, sus casas adosadas prósperas y sus restaurantes, la colonia tiene el aire de una capital de provincia.
Maale Adumim está hoy aislada. Jerusalén Oriental, ocupada y anexionada por Israel en 1967, está a diez kilómetros. Entre ambos se extiende la zona conocida como E1, en Cisjordania.
Como castigo por el logro de Palestina de Estado no observador en la ONU, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha anunciado el relanzamiento de la construcción de colonias en esta zona, congelado desde 2005 por presiones de EEUU. El proyecto crearía «una continuidad territorial» desde el punto de vista israelí. Desde el palestino, cortaría en dos Cisjordania, de este a oeste. «Peor aún», se revela Nabil, vendedor de componentes eléctricos. «acabaría con la esperanza de un Estado palestino y nuestra localidad quedaría aislada del mundo», añade.
Del otro lado de la carreteras, Alaa vende videojuegos de contrabando y carcasas de protección de móviles. En su ventana cuelga un cartel que reza: «Un solo pueblo. Solidaridad con Gaza», en reacción a la operación de castigo israelí Pilar Defensivo contra el enclave palestino.
«De momento tenemos Gaza y Cisjordania, pero con este proyecto tendríamos tres entidades diferenciadas: Gaza, Cisjordania Sur y Cisjordania Norte», advierte tajante.
Urbanizar E1 sería fatal para la viabilidad de un Estado palestino al lado de Israel, advierte Daniel Seidemann, director de Terrestrial Jerusalem, una ONG que vigila la colonización.
Desafiante ante las presiones internacionales, Benjamin Netanyahu insiste en sus planes y cuenta ya con el voto de los colonos de Maale Adumim, asegurado a un mes y medio de las elecciones anticipadas.
En el centro comercial de la colonia, Yair no se corta. «Es importante construirlo. Estamos en Israel. Esta tierra no pertenece a los árabes». «Necesitamos estar conectados con Jerusalén», coincide Esti, que trabaja en una joyería. Poco importan las críticas de Londres o París. «De todas formas, los franceses nunca nos han querido».
Netanyahu, en plena campaña electoral, rechaza dar marcha atrás sobre las colonias
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, explota las críticas internacionales que suscitan sus planes de colonización de Cisjordania como argumento electoral contra la oposición, a la que acusa de hacer el juego a los extranjeros a menos de mes y medio de las legislativas.
Paralelamente, en el ámbito diplomático, Netanyahu tratará de sortear las críticas con una visita entre hoy y mañana a Berlín, donde será recibido por la canciller, Angela Merkel. Alemania, una de las potencias europeas más abiertamente prosionistas, se abstuvo en el voto en la Asamblea General de la ONU.
En el interior, el aislamiento diplomático de Israel centra la campaña mientras hasta ahora las cuestiones sociales nucleaban el debate electoral. «La izquierda israelí es la que provoca las críticas internacionales», denunció ayer el ministro de Medio Ambiente, Gilad Erdan. Próximo a Netanyahu, Erdan calificó al ex primer ministro israelí Ehud Olmert como «provocador nacional» por su denuncia del relanzamiento de la colonización.
Tzipi Livni, ex ministra de Exteriores que acaba de crear una nueva formación de centro, acusa a la coalición gubernamental de librarse «a una campaña de provocación que presenta a todos los que le critican como colaboradores del enemigo».
El entorno de Netanyahu ve la mano de Obama tras esta creciente presión de Europa pero minimiza su alcance. Y los analistas descartan que Netanyahu pueda dar marcha atrás ahora, en víspera de las elecciones legislativas.
La OLP estima la reacción europea, pero matiza que es tardía
La Organización para la Liberación de Palestina (OLP) aplaudió la respuesta europea al anuncio por parte de Israel de construir 3.000 viviendas en la zona E1 de Jerusalén.
La miembro del comité ejecutivo de la OLP Hanan Ashrawi recordó que la postura de europea no ha cambiado a causa del reconocimiento de Palestina como Estado observador, sino porque Israel ha ido demasiado lejos, y puntualizó que, pese a que convocar a los embajadores es un paso importante, la política de construcción de colonias se retrotrae varias décadas. «Estos países no deberían haber permitido que se crearan las colonias y no les deberían haber dado ningún privilegio», criticó.
Australia convocó ayer el embajador israelí.
Fuente original: http://gara.naiz.info/paperezkoa/20121205/376234/es/Ira-palestina-proyecto-que-partira-dos-Cisjordania
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